viernes, 31 de agosto de 2007

La culpa del alpinista

Vuelvo a poner un cortometraje de Daniel Sanchez Arévalo, esta vez con un guión realizado junto a Julio Medem. Pertenece a un proyecto que se realizó en el año 2003, llamado 50 minutos en el que cinco directores consagrados apradrinaban a jóvenes realizadores en la creación de un cortometraje de 10 minutos cada uno.
Este corto es la historia de dos niñas y su extraña relación con el frío. Muy bueno.

martes, 28 de agosto de 2007

Amelie

Que bonita canción. Que bonita película. Y que bonito, que bonito ha sido volver a tocar el piano. En gran parte gracias a ti. Y volveré a tocarlo hasta incordiarte, xDxD.

viernes, 17 de agosto de 2007

Y sin embargo

Pues me despido, pero sólo por un tiempo. Espero que seáis felices estos últimos días del verano. Este verano tan extraño. Nos vemos a la vuelta. Nos vemos en los bares. Y os dejo en buenas manos. Sabina siempre fue buena compañía.

"Y ya sabes de sobra que eres la primera, y que no miento si juro que daría por ti la vida entera. Porque cuando vuelves hay fiesta en la cocina y bailes sin orquesta y ramos de rosas con espinas. "

lunes, 13 de agosto de 2007

Casualidades

12:38 de la mañana. Una señora cruza la calle sin mirar. Un coche pasa por ese mismo lugar en ese mismo momento. El hombre está atento y frena violentamente. La señora se lleva un susto. El conductor también. Pero no pasa de ser un susto. Nada mas arrancar el coche, el hombre recibe una llamada. Una llamada que lleva esperando semanas. Justo en ese momento le da un vuelco al corazón. Coge el teléfono, pese a ir conduciendo, y habla con ella. Ella pensaba llamarle hace una semana. Y hace 3 días, y anteayer, y ayer, y hace unos segundos. Concretamente 5 segundos. Había marcado su número, pero no se atrevió a llamarle hasta que lo pensó fríamente. Por suerte. Porque la llamada le hubiese distraído. Y habría provocado un atropello. Nadie sabe esto. Ésto no ha pasado, por suerte.

Una chica sale de su casa. Al llegar a la calle se da cuenta de que algo se le ha olvidado. Sube a por ello y vuelve a salir. Y gracias a ésto sucede algo que trastoca de alguna manera su vida actual. Andando por la calle se encuentra con él. Sólo se cruzan, pero para ella es suficiente. La acaba de alegrar el día. Nadie sabe que está enamorada de él. Y quizás sea lo mejor. Es algo imposible. O eso cree ella. Él también es consciente de su presencia. Duda si decirle algo, pero al final no se atreve. Hacía mucho que no se veían, y el simple hecho de cruzarse y verse provoca que ambos piensen el uno en el otro. Se alejan. Y aparentemente no ha pasado nada. Pero dos años después estarán juntos. Y algún día hablaran de ese momento.

viernes, 10 de agosto de 2007

Lucía


Hoy Lucía cumple cuatro primaveras. Su regalo de cumpleaños va a ser un pez de peluche. Un pez que vio en una película y le encantó. "Quiero que me compres un pez, mamá", dijo. Y Marisa pensó que con lo nerviosa que era su hija los peces le durarían muy poco tiempo. Así que eligió la opción peluche. Lucía se sorprende por la memoria de su madre. Y le encanta el regalo. Siempre suele ser agradecida. Así que coloca el peluche junto a los demás. Pero no es uno más. Es el más nuevo. Con lo que ocupa la posición de privilegio en la cama. Y durante la primera semana duerme con él. Parece mentira que algo tan simple pueda ilusionar tanto a una persona. Pero es así.

Con el tiempo todo se pasa. Y la ilusión quizás sea lo primero. Con lo que el peluche pasa a ser uno más. Y con el tiempo pierde valor. Cuando Lucía tenga 13 años, no podrá ver ningún peluche en su cama:"¡Ya soy mayor, mamá! Pero no los tires, guárdalos al final del armario". Cuando se mude a su piso de casada se llevará un montón de trastos. Meterá todas sus cosas en cajas. Y desplazará recuerdos, sin ni siquiera reparar en ellos. El tiempo pasa.

Hoy Lucía no cumple años, comienza una nueva vida. Su matrimonio fracasó hace poco más de un año y no quiere vivir en esa misma casa. Se va a un pueblo en la costa. Prefiere no llevarse los discos, ese tipo de recuerdos la queman. Y las fotos menos. Ni la ropa. Y de pronto se acuerda del peluche que le regalaron cuando aún era inocente. Cuando no tenía miedos. Cuando era feliz. Y busca en todas las cajas que tiene en una cuarto lleno de trastos antiguos. Y encuentra una caja con peluches. Pero ese no. No lo entiende. Y la verdad es que le jode. Le jode muchísimo. Y de repente piensa en lo insignificante que puede ser algo así. Y se ríe. Pero en el fondo sabe que perder algo así es imperdonable. Era suyo. Era su infancia.

viernes, 3 de agosto de 2007

Relocos y recuerdos

Última canción que he oido de Luis Ramiro. Cuenta una historia de desencuentro, como dice él. Y también dice: "No estoy loco, estoy reloco por vos. No estoy cuerdo, es el recuerdo de tu voz". Y te la dedico a ti!!